jueves

Haití. Carta abierta a los presidentes de Chile, Bolivia y Brasil

Presidentes progresistas de Chile Bolivia y Brasil: No es acaso un derecho de nuestros pueblos la autodeterminación? Saben Ustedes qué papel están jugando sus tropas en Haití a instancias de la ONU?

LUCHA PERMANENTE POR VIDA !
Haití merece mejor suerte !
CARTA ABIERTA A LOS PRESIDENTE DE CHILE BOLIVIA Y BRASIL.

Las esperanzas de los pueblos latinoamericanos al llegar nuevos gobiernos de corte progresista, de izquierda le dicen otros, frente al ancestral abandono de su gente, a la altísima concentración de la riqueza en pocas manos, y a las desigualdades sociales en general, parecen desvanecerse. Esas fundadas esperanzas de las mayorías oprimidas son la respuesta popular a décadas de saqueo y permanente violación de los Derechos Humanos en medio de un oprobioso maridaje de las élites de la burguesía y los militares de nuestros países con los inquilinos de la Casa Blanca en Washington. Despues de la tercera guerra mundial, es decir en plena guerra fría, o por lo menos congelada temporalmente para dar paso al unilateralismo global, lo menos que se podía anhelar es que para evitar o minimizar un poco estos abusos de los grandes contra los chicos, de los países ricos contra los pobres, funcionen o trabajen en su defensa los denominados organismos internacionales como la o­nU, la CPI Corte Penal Internacional y la OEA en nuestro caso.
Pero no. La organización de Naciones Unidas sistemáticamente manoseada e inservible en nuestros días, ni es una fuerza pacificadora ni es fuerza, no protege. Mucho menos defiende los Derechos de los pueblos y en su cara, gracias al manejo mediático los ricos y sus aliados en cabeza los Estados Unidos se pasean dejando una estela de sangre en países como Irak, Somalia y sobre todo y en especial, en Haiti. Bien sabidos son los hechos de 1915 cuando las tropas de EE UU entraron en ese país caribeño como conocidas y lamentadas son las ocupaciones de los marines gringos en la región. ( Granada, Guatemala, Panamá y la presencia de agentes especiales en Colombia. etc).
En 1994 vuelven, claro que nunca se fueron realmente. Es para eso que están la CIA, la DEA y la USAID (Agencia de Desarrollo Internacional de los Estados Unidos de Norteamérica), para preparar el camino y regresar como lo hacen hoy en desafío a la comunidad internacional, retando a todos los pueblos que demandan libertad y respeto a su soberanía.
Regresaron en fin, ante la impávida mirada de la OEA, de la o­nU y de Caricom, Comunidad Caribeña de Naciones que agrupa a 15 países. Pero de manera increible a esas tropas de la o­nU se unen hoy hombres y mujeres de vuestros países. Señores presidentes y pueblos de Bolivia Brasil y Chile, los entre comillas comandos pacificadores de la o­nU, en un embuste llamado pomposamente Misión Estabilizadora para Haití, Minustah por la sigla en Inglés, no pueden tener como integrantes a hermanos suramericanos como carne de cañon en una jugada maestra de atropello al pueblo Haitiano que reclama respeto a su soberanía.
Señora Bachellet y Señores Evo y Lulla, dicen que la mujer del Cesar no solamente debe serlo sino parecerlo. Pues bien, es hora de que los soldados de sus países salgan de Haití. Como lideres de gobiernos progresistas y de izquierda hagan ahora mismo que sus hombres y mujeres no sigan haciendo parte de una organización que en la práctica no existe, que no pacifica y no defiende los Derechos Humanos, antes por el contrario, que hace mutis por el foro ante los atropellos de las fuerzas armadas Haitianas contra indefensos ciudadanos cuyo pecado es ser seguidores de su depuesto presidente Jean-Bertrand Arisitide o ser miembros del partido Lavalas. Es claro que en la coyuntura actual, dada la proliferación de gobiernos progresistas como los de ustedes señores presidentes, de continuar las cosas como están, si se cohonesta con los vejámenes cometidos en esa tierra caribeña, de ninguna manera se estaría deslegitimando entonces la resistencia armada, que enfrente, o el genocidio contra Lavalas en Haití o el de la Unión Patriótica en Colombia. Así las fuerzas imperiales con la excusa de su lucha contra el narcotráfico y el terrorismo sigan instalando bases militares a la vista de estas organizaciones internacionales y de gobiernos genuflexos, resulta inaplazable el debate de las ideas y las formas de lucha frente a las hasta ahora, desafortunadamente aisladas voces de resitencia política para la construcción de un mundo mejor con justicia social.
Noticias que los grandes medios decomunicación no difunden desde Haití dan cuenta de masacres perpetradas por los policiales Haitianos y en muchos casos se han visto involucrados cascos azules fácilmente identificados como oriundos de países de la subregión, que nada asombraría si son Guatemaltecos o Uruguayos, pero Chilenos, Bolivianos y Brasileños alla? no tiene ninguna presentación y mucho menos explicación.
Los Haitianos estemos o no de acuerdo con esto, reclaman en las calles el regreso de su líder Aristide. Los cascos azules de la o­nU, entre otros los Jordanos, Canadienses y de USA por supuesto, representan los intereses de los Estados Unidos en ese país y protegen a los opositores de Arisitide miembros de algo que denoniman el grupo de los 184 con los empresarios criollos a la cabeza.
Señores presidentes progresistas de Chile Bolivia y Brasil: No es acaso un derecho de nuestros pueblos la autodeterminación? Saben Ustedes qué papel está jugando la o­nU y estas fuerzas mal llamadas de pacificación en Haiti? Han considerado por ser de izquierda que no pueden prestarse a ese juego de los países poderosos frente a los débiles a instancias de la o­nU?
Si en la región y en hora buena Ustedes no aprobaron la ocupación de Irak como si lo hicieron Colombia y otros, esta vez porqué mantienen sus tropas en Haití? De qué lado están? Es el momento de evitar que las esperanzas fincadas en sus gobiernos puedan desvanecerse por el temor y las presiones de los que detentan el poder. La comunidad internacional espera que se reponsa a este llamado con altura y responsabilidad. Haití merece una mejor suerte.
Héctor Díaz Revelo (*) Para Kaos en la Red
* Periodista independiente