Cuando viajaba a Caracas, a participar con una ponencia en el Encuentro Latinoamericano contra el Terrorismo Mediático (marzo 27 a 31/2008), estaba seguro que conmovería a mis interlocutores con la relación de la actitud que habían observado los grandes medios de comunicación de mi país, principalmente los canales abiertos de la televisión, frente al atroz ataque de un campamento clandestino de las FARC, en territorio ecuatoriano. Quería denunciar al continente que estos medios habían respondido más a las versiones y 'acusaciones' lanzadas desde el Gobierno Uribe, a través de agencias internacionales de prensa, corresponsales de periódicos europeos y, desde luego, de sus propios medios de comunicación, que a la denuncia -clara y contundente- del Presidente Rafael Correa y a su actitud firme y soberana de defensa de nuestra dignidad y de rechazo de la alevosa y criminal agresión.
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Eso pensaba; pero, desde el primer día de deliberaciones, los panelistas invitados (de 10 países de nuestro continente) traían en carpeta infinidades de casos recientes de campañas sistemáticas y muy bien engrasadas que los medios locales y las agencias internacionales habían sostenido en distintos temas y lugares de nuestra América mestiza. Por ello, comprendí a cabalidad que el título con el que los convocantes habían bautizado a la reunión, era el preciso: un encuentro para discutir el terrorismo mediático.
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Libres para denunciar que no había libertad
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El encuentro -convocado por la Agencia Bolivariana de Noticias- coincidió en Caracas con la llamada reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ese organismo que reúne a los principales medios impresos de la comunicación del continente (Estados Unidos, en primer lugar, como dueños del circo) y que desde su refundación (1950) viene siendo la abanderada de la vanguardia del neoliberalismo más ultramontano.
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Estos caballeros (no estoy seguro de si entre ellos había alguna caballeresa) han asumido 'democráticamente' (sin que nadie les nombre) el papel de jueces supremos de gobiernos que respetan o no la libertad de expresión, de la cual se han declarado, así mismo 'democráticamente' sus dueños absolutos y por lo tanto sus modernos cruzados contra los infieles, allí donde aparezcan. Llegan a un hotel 5 estrellas, 'deliberan' entre whisky y whisky y bocadillos de lo más refinados y aprueban un informe de situación de la libertad de expresión, que seguramente ya viene redactado desde Miami, donde tienen una casa que lleva el nombre del coronel de la CIA y fundador de la SIP, Jules Dubois.
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Los caballeros sipianos, no bien bajaron de sus aviones privados o de sus yates ligh, lo primero que declararon fue que llegaban a Venezuela 'en son de paz' y que hasta querían entrevistarse con el Presidente Hugo Chávez (ya no le calificaron de dictador o de autócrata) pero a quien volvieron a acusarle en el informe final de 'enemigo de la libertad de prensa' por la 'clausura' de Radio Caracas Televisión (RCTV) por algunas demandas que se han planteado en contra de los medios alineados con la SIP y porque 'no se distribuía la publicidad estatal entre todos los medios de comunicación del sistema' Y, lo más chistoso (dejando al lado y sin desestimar el descaro) que en la Venezuela de la revolución bolivariana no se respiraba un aire de libertad y de democracia; ese mismo aire que les permitía reunirse con absoluta libertad en Caracas y decir cualquier cosa a través de sus canales de televisión, estaciones de radio y prensa escrita del sector privado venezolano, que siguen diciendo lo que les da la gana, sin problema alguno. Además no pudieron puntualizar un solo caso de alguna acción represiva o criminal que pudiera inscribirse como contrario a la libertad de expresión en Venezuela (un periodista perseguido, amenazado o asesinado; un medio clausurado o un opositor sentenciado, como si los tiene el colombiano Alvaro Uribe, por ejemplo)
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Flexibles con Correa y muy solidarios con Uribe
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En cuanto a Ecuador y su Presidente Rafael Correa, los 'generosos sipianos' aceptaron que en los últimos meses habían bajado las tensiones (en la reunión de Miami del 2007, le calificaron a Correa de 'hostil a la prensa') Pero no dijeron mayor cosa de Uribe y su seguridad democrática a pesar de que Colombia bate cada año los records en América Latina, de persecución y asesinatos de periodistas. Además, en nuestro vecino del norte, a cualquier mortal (más si es político de izquierda o periodista) se le sentencia a muerte si el Presidente Uribe o cualquiera del equipo de gobierno, le señala como 'un terrorista de terno' o un agente camuflado de las FARC. A otros ciudadanos de tercera (campesinos, por lo general) les fusilan en cualquier rincón de la geografía rural colombiana, les visten con el uniforme de los 'subversivos' y les declaran 'bajas en combate' en la lucha contra los 'terroristas' Y asunto arreglado.
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El problema es que la SIP no puede condenar a uno de sus socios fundadores: el diario bogotano El Tiempo. El Vicepresidente y el Ministro de la Defensa (los Santos) son condueños de este matutino que es además uno de los once periódicos que forman parte del llamado Grupo de Diarios de América, la joya de la familia sipiana. Y por si aquello fuera poco, las acciones de la 'seguridad democrática' que ejecuta Uribe y su combo se inscriben en la defensa de la 'libertad y la democracia' para lo cual deben aplicar los 'principios' imperiales de la guerra preventiva y la legítima defensa. Por lo tanto, sus crímenes quedan fuera de cualquier sospecha o como acciones contrarias a la libertad de expresión. En cambio, el que Hugo Chávez no le haya renovado la licencia al canal golpista RCTV; ese si que es un 'crimen de lesa libertad de prensa' según los cánones de la SIP.
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Nada contra la prensa imperial
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Tampoco la vieja celestina de la SIP toca en sus reuniones semestrales las actitudes contrarias a elementales principios universales de respeto a la libertad de información. El problema es que los grandes medios comunicacionales de USA son propiedad de consorcios enormes que los controlan y que controlan a buena parte de la llamada gran comunicación de nuestros países. La táctica, en Estados Unidos, es ignorar en sus espacios informativos y de opinión, los temas y problemas que pueden afectar al establecimiento; son los temas ocultos que la comunicación yanqui ignora intencionadamente. Por ejemplo, poco o nada dijeron de la matanza atroz de civiles cuando el ejército imperial invadió IRAK. Por ejemplo, del fraude electoral de La Florida, cuando la mafia cubano-americana le regaló la presidencia al señor W. Bush. O temas que digan que Estados Unidos es el principal foco de agresión salvaje del medio ambiente y del cambio climático mundial. O que cinco cubanos de Cuba hayan sido sentenciados a penas de una doble cadena perpetua por haber cometido el crimen de espiar para su gobierno desde la mafia de Miami los actos terroristas contra su país. Esto se sabe porque académicos y estudiantes de la Universidad de Sonoma, todos los años, edita un libro de más de 440 páginas en el que puntualizan los 25 temas que la gran prensa yanqui oculta cada año (el Proyecto Censurado) Desde luego, el libro llega a poca gente por lo que la SIP puede ignorar tal actitud, ya que además su papel de gran fiscal y juez es sobre nuestros países tercermundistas.
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Un auténtico terrorismo mediático
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Este encuentro contra el terrorismo mediático debió darse hace décadas ya que han sido décadas de acción concertada para agredir las que vienen ejecutando los mass media del sistema imperante; solo que antaño la comunicación de masas (los periódicos, en primer lugar) como que trataban de guardar algún pudor, alguna disculpa, algún disimulo; mientras que en los últimos tiempos, estos mecanismos de indudable impacto político, económico y social, lo hacen sin reparo alguno, a la luz del día, a toda hora, en especial a través de cadenas continentales de radio y televisión. Tienen, como único objetivo, la defensa irrestricta del sistema imperante; sus 'enemigos irreconciliables' pasan a ser los gobiernos, movimientos o sectores que 'en cualquier rincón obscuro del mundo' (según frase 'lapidaria' del emperador Bush) pretendan acabar con él, o por lo menos socavarlo. Cuentan para ello con recursos financieros ilimitados, con una tecnología incontrastable (especialmente en televisión e internet) con expertos y muy creativos 'comunicólogos' y con el apoyo sin límites de las enormes transnacionales del mercado y de pelucones locales por doquier. Por ello, hoy en día, la gran comunicación empresarial desata verdaderas guerras sicosociales, allí, donde un criollo cualquiera (Chávez, Correa, Evo, Ortega y hasta la Cristina Fernández) pretendan introducir cambios o transformaciones que le signifiquen disminución o merma de su estándar de vida.
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Todo contra Cuba
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Necesariamente, el encuentro recordó antecedentes no muy lejanos de esta concertación para engañar.
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A la luz de lo que actualmente se ve y se observa, no queda duda que la primera víctima de la agresión mediática concertada fue y sigue siendo la Cuba revolucionaria, la del Comandante Fidel Castro y su gobierno revolucionario. ¡Qué no han dicho, qué no han inventado, qué no han advertido en su contra!. Las mentiras más repugnantes, la tergiversación sistemática, las verdades a medias, la omisión intencionada, han sido y son usadas por prensa, radio y televisión (ahora por el internet) con la cada vez más remota esperanza de recuperar para el sistema a la isla revolucionaria. El propio imperio, desde su suelo, ha propiciado y propicia, entre otras acciones, un bloqueo criminal y genocida que no tiene antecedentes históricos en los hechos más repugnantes y atroces a los que haya sido sometido todo un pueblo; pero un pueblo que, igualmente, ha escrito y escribe páginas de resistencia y de dignidad, como ningún pueblo del mundo lo había escrito antes. En esta historia, desde luego, juegan papel instrumental (el terrorismo mediático) precisamente las empresas de la publicidad y la propaganda de la SIP, que se reunieron en Caracas -una vez más- a condenar a Cuba por 'inexistencia de la libertad de prensa' desde hace 50 años, a pesar de que desde el primer día del triunfo revolucionario no ha sido asesinado un solo periodista ni han sido empastelados medios impresos ya que los que circulaban desde antes de la revolución (y que apoyaban a la dictadura fascista y criminal de Batista) prefirieron abandonar sus empresas y exilarse en Miami, en donde reina esa mafia cubano americana, financiada y armada por el país que 'más respeta las leyes y los derechos ciudadanos', Estados Unidos.
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El caso Reyes y Ecuador
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En este encuentro me cupo la tarea de denunciar 'el caso Reyes' y las acciones mediáticas empleadas por el Gobierno Uribe y sus tentáculos en todo el continente, especialmente en Ecuador. Resumí la bestial agresión cometida por un comando de acción inmediata colombo-USA con todas las agravantes (a la media noche, con armas de destrucción masiva, contra gente que descansaba) y puse énfasis en denunciar que los propios medios locales de Ecuador (en especial la televisión abierta) dieron más espacios a las versiones que comenzaron a llegar desde Bogotá, con el propósito de disminuir la agresión brutal contra suelo ecuatoriano y encontrar al Presidente Correa y a su Gobierno como comprometido con las FARC y, desde luego, con Chávez. Casi casi llegaron a decir que Ecuador era el culpable de que Colombia haya tenido que actuar como actuó. Y que esa agresión mediática se mantenía y se incrementaba en los días del encuentro (27 a 31 de marzo/2008) a pesar de la tibia condena del Grupo de Río y la casi fría de la OEA. En buenas cuentas, demostré que contra el gobierno democrático y progresista de Rafael Correa se había aplicado y se continuaba aplicando el terrorismo mediático.
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La declaración de Caracas
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Por supuesto, este encuentro terminó con una declaración final que en forma muy sucinta trata de reflejar aquello que es evidente: somos víctimas de un tipo de terrorismo mediático que a nivel sicosocial está bombardeando inmisericordemente la conciencia de nuestros pueblos, especialmente a través de la televisión. La mentira, la tergiversación, la mala fe, las verdades a medias y las omisiones, a través de colosales redes y cofradías, están tratando de controlar, mediatizar, aterrorizar a grandes grupos humanos, a quienes se quiere persuadir que todo cambio económico y social es contrario a la cacareada 'libertad y democracia'; y que el sistema imperante, el neoliberalismo, es lo único aceptable y perfectible.
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Las respuestas a tamaña agresión son diversas. Y a ello deben orientar sus energías los grupos sociales que ciertamente luchan por un futuro mejor, pero para todos y todas.
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Por: Alberto Maldonado para ARGENPRESS