Querido Estados Unidos ¡bienvenido al Tercer Mundo!
No todos los días una superpotencia hace un esfuerzo para transformarse en un país del Tercer Mundo y nosotros aquí en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional queremos figurar entre los primeros en darle la bienvenida a la comunidad de estados en desesperada necesidad de asistencia económica internacional. Mientras Ud cae en espiral a un colapso financiero catastrófico, nosotros nos sentimos encantados de responder al pedido de su Departamento del Tesoro para llevar adelante una evaluación de estabilidad conjunta de su sector financiero. En estos tiempos turbulentos, podemos aportar servicios que oscilan entre los préstamos subsidiados y los asesores especializados dispuestos a realizar una reestructuración de emergencia de todo su gobierno.
La semana pasada, aún antes del último colapso de Wall Street, 13 ex ministros de Economía se reunieron en la Universidad de Virginia y acordaron que Ud. tiene que reparar su 'sistema financiero quebrado'. Peter Costello, de Australia, observó que últimamente Ud. estuvo 'exportando inestabilidad' a los mercados mundiales y Yashwant Sinha, ex ministro de Economía de la India, concluyó que 'la hora ha llegado. EE.UU. debería aceptar algún tipo de control de parte del FMI'. Esperamos que no se sienta molesto mientras evaluamos la estabilidad de su economía y sugerimos algunos cambios necesarios. Recuerde que muchos otros países ya estuvieron en sus zapatos. Ya acudimos en ayuda de las economías de Argentina, Brasil, Indonesia y Corea del Sur. Pero ya sea que nuestro trabajo esté en Sudán, Bangladesh o en EE.UU, nuestros expertos están comprometidos a intervenir en las economías nacionales con cuidado y sensibilidad.
Queremos reconocer el progreso que hizo en su evolución desde superpotencia económica a caso perdido económico. Normalmente, un proceso de este tipo puede demandar 100 años, o más. Con su oscilación entre el extremismo de libre mercado y la nacionalización de empresas privadas, sin embargo, Ud. logró en muy pocos años, muchos de los atributos de las economías del Tercer Mundo. Sus políticas de irresponsable desregulación gubernamental en sectores clave le permitieron desarrollar rápidamente una crisis de energía, una de vivienda, una crediticia y una de mercados financieros, todo junto y acompañado (y causado, en parte) por niveles alarmantes de corrupción y especulación. Mientras tanto, sus dirigentes políticos acusados de negligencia estaban durmiendo la siesta o bien en la cama con los lobbistas de las empresas.Ahora enfrenta las consecuencias. La disparidad de ingresos aumentó. Cada vez menos ciudadanos tienen acceso a viviendas, salud o jubilaciones al retirarse. Hasta la expectativa de vida bajó. Y cuando sus preocupaciones económicas pasaron de lo crónico a lo agudo, Ud. respondió --como tantos estados del Tercer Mundo-- con un vasto programa de nacionalización de empresas privadas y activos. Los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac son controlados por el estado y propiedad de éste y esta semana su aseguradora AIG fue nacionalizada.
Algunos dirán irónicamente que esto es socialismo. Pero los momentos desesperados exigen medidas desesperadas. Su transición está lejos de haber terminado. En un principio, le podría resultar duro acostumbrarse a las villas miserias, pero con el tiempo este tipo de viviendas se convertirán en parte del paisaje. De manera similar, a medida que los porcentajes de desocupación sigan aumentando, le costará encontrar un lugar para la creciente cantidad de airados jóvenes sin trabajo. De todos modos, se dará cuenta de que podrá utilizarlos para la lucha en en una interminable serie de conflictos armados.
Es posible que esta carta lo sorprenda y sienta que no está del todo listo para sumarse al Tercer Mundo. No deje que este sentimiento lo preocupe. Si bien tal vez nunca se haya dado cuenta, se estuvo preparando para este momento desde hace años.
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Por: Rosa Brooks
LOS ANGELES TIMES. ESPECIAL