Después de una larga, tortuosa y evasiva negociación, el gobierno norteamericano aceptó pagar, 45 años atrás, la indemnización de 63 millones de dólares por los daños materiales causados a Cuba durante la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos. Era el 21 de diciembre de 1962.
A cambio, el gobierno cubano devolvía a los mil 192 hombres pertenecientes a la Brigada de Asalto 2506, capturados un año y ocho meses antes en el curso de las operaciones militares de abril de 1961.
Resulta oportuno " desempolvar " este episodio a propósito de la obsesiva insistencia de Washington en la manipulación del tema de los derechos humanos en la isla, pues constituye un claro ejemplo del respeto a la vida mostrado desde siempre por la Revolución cubana.
Este millar y tanto de individuos que en días posteriores salían rumbo a Estados Unidos en el buque African Patriot y en varios vuelos, no eran precisamente turistas, estaban al servicio de una potencia extranjera y habían irrumpido sorpresivamente en las costas cubanas dispuestos a matar, ¡y mataron!
La artera invasión provocó la muerte a más de un centenar y medio de combatientes antillanos y a numerosos civiles, y causó severas mutilaciones a otros. Los daños materiales resultaron igualmente elevados.
Fueron procesados de acuerdo con las normas judiciales establecidas, por infracción del artículo 128 del Código de Defensa Social. En el juicio, celebrado con todas las garantías procesales, los días 29 y 30 de marzo y dos y tres de abril de 1962, fueron condenados a prisión subsidiaria, con un máximo de 30 años, hasta tanto no se cumpliera con el pago de la indemnización señalada.
A los tres principales cabecillas de la Brigada 2506 se les impuso una cifra de 500 mil dólares. Otros 223 mercenarios debían indemnizar al país con 100 mil dólares; a 584 les correspondía hacerlo con 50 mil, y a 384 de ellos con 25 mil.
En el acta sumaria del juicio se desglosa la composición social de la Brigada, en su mayoría latifundistas, torturadores, esbirros, politiqueros y lumpens.
Cuba los capturó con las armas en las manos, respetó su integridad física y moral, curó los heridos y los alimentó durante más de año y medio. Ahora se los devolvía a cambio de medicinas, equipos médicos y alimentos para niños.
¿Por qué los medios que se hacen eco de las calumnias y patrañas de la Casa Blanca y de la mafia de origen cubano asentada en Miami, no recuerdan este gesto humanitario del gobierno cubano
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Por Angel Rodríguez Alvarez VOLTAIRENET