
Ha sido una semana definitoria que ha desnudado a los enemigos del Intercambio que no quieren, por cálculos egoístas y estúpidos, que los prisioneros regresen a sus casas.
La pequeñez del alma de Alvaro Uribe Vélez -claro que tiene una, pero muy, muy chiquitica y mezquina- lo ha llevado a cometer una serie de errores, insensateces, que han provocado que la comunidad internacional le apriete el 'gaznate'. Uribe creyó en su estupidez que la comunidad internacional le aplaudiría y lo que ha recibido es una carta de Sarkozy y la petición de que Hugo Chávez continúe la mediación y los presidentes de Nicaragua, Daniel Ortega, y de Costa, Oscar Arias, también intercedieron a favor de Chávez. Total, Uribélez ha sentido en su piel de comadreja, el aislamiento internacional.
Y a nivel nacional la cosa está que arde. El desprestigio del gobierno es total. Y el colmo es que tratando de tapar el hueco, qué digo, la tronera que causó el cierre de la intermediación de Chávez y la negra Piedad, nombra al incapaz del doctor Ternura, dizque 'trotskista' hasta antes de que lo nombraran comisionado de los narco-paramilitares (Ese es un esperpento de 'revolucionario' porque yo creo que no asimiló nada del trotskismo).
Peor aún, el Ternura tiene cero credibilidad con las FARC, entonces está es para decir que ellos van a continuar con los 'contactos' para el intercambio, pero ya sabemos lo que es. Ya Uribélez lo ha dicho: 'Queremos que suelten a los prisioneros', volviendo a su letanía cacofónica utilizada desde el 2002.
La CUT ha develado la situación de los trabajadores y el asesinato de sindicalistas continúa -ya van más de 30 este año-, y lo que tiene que mostrar el asesino narco-paramilitar de Uribe no es que 'hay mejoría' en las estadísticas sino que hay 0 (cero) sindicalista asesinado en Colombia.
Además, el investigador de la Universidad Nacional, Ricardo Bonilla del ICD ha demostrado que 1,8 millones de trabajadores deben sobrevivir con menos de medio salario mínimo (217.000 pesos colombianos) y 2,2 millones de trabajadores tienen ingresos menores al salario mínimo (433.000 pesos colombianos). Como si fuera poco a esto se suma que 2 millones de niños viven en la indigencia y 9 millones viven en la pobreza (50% de niños en Colombia). Uribe Vélez le teme al PDA que le propinó sonora bofetada al elegir a Samuel Moreno con casi un millón de votos en Bogotá y con una pataleta infantil no lo quiso recibir en la Casa de Nariño, violando de paso y otra vez la Constitución Nacional, lo cual de paso deja muy bien parado a Samuel Moreno y causa risa de Uribe.
Y a todos los polistas los acusa -en el colmo de la demencia- de ser farianos. Uribe Vélez dice que le teme al 'protagonismo internacional' de las FARC, como si las FARC no tuvieran un protagonismo propio, derivado de sus acciones serias y reposadas, las cuales existen sin el régimen, sin Uribélez, sin ningún funcionario oligárquico, porque ellas como organización popular alumbran con luz propia, cosa que no puede hacer Uribe Vélez ni ninguno de su séquito de narco-paramilitares.
En realidad, Uribe Vélez le teme al asilamiento en que se veía en el Intercambio Humanitario porque si Chávez y Piedad lo conseguían, todo el mundo, oígase bien, todo el mundo se lo hubiera agradecido a Chávez y no a Uribe. Y además también porque todo el mundo sabe lo digno que son los revolucionarios como Chávez.Uribe Vélez le teme también a ANNCOL porque en Colombia no hay una verdadera libertad de prensa e información y sólo hay unos medios que siempre están genuflexos ante el gobierno y el imperio.
Por eso ha hecho hasta lo indecible para tratar de cerrar ANNCOL y ha puesto al vice Fachito Santos y a su 'asesor' José Obdulio Gaviria -primo hermano de Pablo Escobar Gaviria- a monitorear nuestra agencia y a pedirle a los gobiernos danés y sueco el cierre de ella.
Pero la verdad sea dicha, Uribe Vélez le teme al pueblo organizado que adelanta su lucha combinando todas las formas de lucha de masas -que enfrenta la 'combinación de las formas de lucha' de la oligarquía (utilizada desde siempre)- y sigue reconstruyendo su tejido social resquebrajado por los años y años de Terrorismo de Estado y narco-paramilitarismo.
Por: José María Carbonell (ANNCOL)
Por: José María Carbonell (ANNCOL)
Fuente : ARGENPRESS